La Meditación como Posibilidad de Conexión con la Fuente del(la) Líder

En nuestro artículo anterior “La meditación y el(la) líder consciente” asomamos la trascendencia de ese lugar , de esa “condición interna” del líder, único lugar desde donde puede intervenir. Ese lugar es la Fuente, un “lugar” a veces esquivo al que los líderes necesitan “llegar” para liderar desde allí.

Ese en un lugar de presencia plena, de atención plena, de quietud, de no-juicio. Es allí donde el(la) líder, que navega las aguas inciertas de la complejidad, puede conectarse con lo que la vida, el sistema, la organización le están pidiendo que haga.

Liderar fuera de la Fuente conlleva los grandes riesgos de dejarse arrastrar por la corriente de los rápidos, de reaccionar en vez de responder, de dejar de sentir el futuro que está emergiendo con su llamado trascendente a co-crearlo.

¿Cómo llegamos allí? ¿Cuál es la vía?

En realidad no se trata de un viaje, ni de una vía. Esa Fuente, esa Conciencia, siempre está en nosotros, sólo se trata de retirar los velos que la ocultan y que nos distraen.

La forma ya ha sido identificada, practicada, y enseñada durante milenios por las grandes corrientes místicas de la humanidad originadas en Oriente y luego llevadas y cultivadas en Occidente, incluso estudiadas por las neurociencias recién en el siglo XX.

Nos interesa particularmente el abordaje de Otto Scharmer en el MIT con su formulación de la Teoría U en donde Scharmer plantea el camino del liderazgo desde el futuro emergente a través de un viaje de izquierda a derecha por una “U” donde el encuentro con la Fuente se ubica precisamente en la parte más baja de esa “U” , etapa del viaje que él denomina “Presencing” (Presenciación).

Allí está la quietud, el silencio, el espacio para dejar ser, dejar sentir, dejar ir y dejar llegar.

Este es un espacio meditativo que puede durar pocos minutos o mucho más. Allí entra la meditación, que puede ser en quietud o en movimiento consciente.

Todas mis sesiones de coaching ejecutivo con líderes empresariales comienzan con unos minutos guiados de silencio, atención plena de la respiración, reconocimiento sin juicio a lo que emerge (pensamientos, emociones, sensaciones). No deja de impactarme cada vez que uno(a) de mis coachees me comenta que nunca antes había tenido un espacio de respiración, presencia y quietud de esta naturaleza.

Estar allí, “presente”, “fluido(a)” le abre al(a) líder un espacio de vacío fértil donde pueden emerger imágenes, insights que son destellos, sentires y llamados profundos, sin el filtro de lo cognitivo que juzga, acepta o descarta.

La meditación nos regala un nuevo camino de auto-conocimiento y de conocimiento de nuestro relevante papel en el gran sistema del que formamos parte, a partir de la conexión con el verdadero Yo Soy y no con el que la sociedad, la cultura y el ego nos dijeron que somos.

Existe una posibilidad de conexión con esa Fuente, con ese "lugar interior" que siempre Es, porque allí Somos, una posibilidad del líder para transformarse y transformar el mundo y su mundo.

Atento(a) pues a la señal de que es tiempo de explorarlo.